Abril 8, 1918
Diferencia entre vivir unido con Jesús y vivir en el Divino Querer.
Volviendo al punto del vivir en el Divino Querer, se me había dicho que es como vivir en el estado de unión con Dios, y mi siempre amable Jesús, al venir me ha dicho:
“Hija mía, hay gran diferencia entre el vivir unido conmigo y vivir en mi Querer.”
Y mientras esto decía, me ha extendido los brazos y me ha dicho:
“Ven en mi Querer aunque sea por un solo instante y verás la gran diferencia.”
Yo me he encontrado en Jesús, mi pequeño átomo nadaba en el Querer eterno, y como este Querer eterno es un acto solo que contiene todos los actos juntos, pasados, presentes y futuros, yo, estando en el Querer eterno tomaba parte en aquel acto único que contiene todos los actos, por cuanto a criatura es posible. Yo tomaba parte también en los actos que no existen aún y que deberán existir hasta el fin de los siglos y hasta que Dios sea Dios, y también por éstos yo lo amaba, lo agradecía, lo bendecía, etc., no había ni un solo acto que se me escapara, y ahora tomaba el Amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, lo hacía mío, como era mío su Querer, y lo daba a Ellos como mío. Cómo estaba contenta por poder darles el Amor de Ellos como mío y porque Ellos encontraban su pleno contento y su desahogo completo al recibir de mí su Amor como mío. ¿Pero quién puede decirlo todo? Me faltan las palabras. Entonces el bendito Jesús me ha dicho:
“¿Has visto qué cosa es vivir en mi Querer? Es desaparecer, es entrar en el ámbito de la eternidad, es penetrar en la Omnividencia del Eterno, en la Mente Increada y tomar parte en todo por cuanto a criatura es posible, y en cada acto divino; es disfrutar aún estando en la tierra de todas las cualidades divinas, es odiar el mal en modo divino, es expandirse a todos sin agotarse, porque la Voluntad que anima a esta criatura es Divina; es la santidad aún no conocida, que haré conocer, que pondrá el último adorno, el más bello y el más refulgente de todas las demás santidades, y será corona y cumplimiento de todas ellas.
Ahora, vivir unido conmigo no es desaparecer, se ven dos seres juntos, y quien no desaparece no puede entrar en el ámbito de la eternidad para tomar parte en todos los actos divinos. Pondera bien y verás la gran diferencia.”
Febrero 20, 1924
¡Ah, tú no sabes qué significa vivir en mi Querer! Significa hacerme volver las puras alegrías de la finalidad de la Creación, mis inocentes entretenimientos del por qué creé al hombre; significa quitarme toda la amargura que la pérfida voluntad humana me dio casi al nacer de la Creación; significa un intercambio continuo de voluntad humana y Divina, y el alma, temiendo de la suya, vive de la mía, y esta Voluntad mía va llenando al alma de gozos, de amor y de bienes infinitos. ¡Oh, cómo me siento feliz al poder dar lo que quiero a esta alma, porque mi Voluntad contiene amplitud tal de poder recibir todo! Así que entre Mí y ella no hay más divisiones, sino estable unión de obrar, de pensar, de amar, porque mi Voluntad la suple en todo, por eso estamos en acuerdo perfecto y en comunidad de bienes. Había sido esta la finalidad de la creación del hombre, hacerlo vivir como hijo nuestro y poner en común con él nuestros bienes, a fin de que él fuese en todo feliz y Nosotros quedáramos complacidos por su felicidad.
Ahora, el vivir en mi Querer es precisamente esto: Es hacernos restituir la finalidad, los gozos y las fiestas de la Creación, ¿y tú dices que debía tenerlo oculto en mi Iglesia, sin hacerlo salir fuera? Habría movido Cielo y tierra, habría arroyado los ánimos por una fuerza irresistible para hacer conocer lo que será cumplimiento de la Creación. ¿Ves cuánto me interesa este vivir en mi Querer, que pone el sello a todas mis obras para que todas estén completas? A ti tal vez te parezca nada, o bien que ya haya cosas semejantes en mi Iglesia, no, no, para Mí en cambio es el cumplimiento de mis obras, y como tal debes apreciarlo y ser más atenta en cumplir la misión que quiero de ti.”